sábado, enero 12, 2008

Strange Fruit



Lady cantaba tal como hablaba –sin reservas, lo suyo era mordaz, sermones vivos del texto de su vida. Siempre espontáneos. Siempre creativos. No podría haberlo hecho de otra manera…

Mal Waldron – El último acompañante de Miss Holiday.

Contaba William Dufty: Una tarde de domingo, en el verano de 1955, Billie estaba hechizada escuchando y observando por televisión una película de Pablo Casal interpretando a Bach.
El gran cellista español, viviendo en su autoexilio impuesto en la pequeña villa francesa de Prades, no podría haber solicitado un mejor auditorio que Billie.
Cuando terminó la proyección, una joven cellista norteamericana empezó una entrevista con el maestro exclamando. “! Cada vez que Ud. toca, es diferente ¡”
“Debe ser diferente,” dijo Casals. “¿Cómo podría ser de otra manera? La naturaleza es así. Y somos naturaleza.”

Billie explotó en una sarta de expresiones exclamativas a las que agregó un único, sentido “Amén.”

“Se puede ser como fuiste alguna vez, diferente a algún otro,” agregó. “No se puede copiar a alguien y terminar en algo. Si copia significa que está trabajando sin verdadero sentimiento. Sin sentimiento, lo que se haga no cuenta para nada. Ni siquiera dos personas en la tierra son iguales. Debe ser de esa manera en la música o en lo que no es música. No puedo cantar la misma canción en la misma forma dos noches seguidas. Pasen dos o diez años. Si lo puede hacer, entonces no es música. Es calistenia, ejercicio, cantar como los montañeses suizos, o algo, así pero no música.

Billie luchó la mayor parte de su vida para poder cantar lo que quería cantar, y en la forma en que quería cantarlo.

Contaba Leonard Feather: Fue mientras Billie cantaba en Café Society Downtown, un club de Greenwich Village, como aquellos que no volveremos a ver nuevamente, que un poeta llamado Lewis Allan le mostró su historia de una linchamiento. Strange Fruit, tuvo un mensaje inmediato para Billie. Le recordó la forma en que su padre había muerto. Afectado con neumonía, fue llevado de un hospital a otro en Dallas y rechazada su admisión. Finalmente, demasiado tarde, fue aceptado en la sala Jim Crow (discriminatoria) de un hospital para veteranos. En los años posteriores a la Depresión, los linchamientos tomaron formas insidiosas. El sistema segregacionista de los hospitales, estaba entre los más flagrantes. Como Billie recordaba, “trabajé como los diablos en eso (el tema), porque nunca estuve segura de poder llegar a una audiencia de un lujoso club nocturno con las cosas que aquello significaban para mí.”
La primera vez que Billie cantó Strange Fruit, mientras alcanzaba la intensa línea culminante, “here is a strange and bit…ter…crop…” (hay aquí una extraña y amar…ga … cosecha), hubo un breve silencio, luego la audiencia, pasmada por el impacto, encontró alivio en el aplauso. Los “hippies” de 1939 con *The New Masses, abultando sus bolsillos, los negros clientes de este club nocturno del centro, el primero genuinamente integrado, aún los profesores universitarios de mediana edad en los suburbios de Sheridan Square, todos podían relacionarse, en alguna medida, con lo que Strange Fruit decía acerca de la vida en la Norteamérica negra.

Para Billie Holiday el mensaje del poema de Lewis Allan tenía un significado más vital que cualquiera de los pomposos temas que le habían sido alcanzados por los productores disqueros. Esta era la primera protesta significativa tanto en palabras como en música, el primer grito no silenciado contra el racismo. Era radical y desafiante en un tiempo cuando negros y blancos por igual, encontraban peligroso levantar olas, para hablar en contra de un profundamente arraigado status quo.

Lady Day recordó pronto esta cruda realidad cuando llevó el tema a la compañía para la cual grababa (Columbia Records). La reacción inmediata fue de temor (“no lo comprarían en el Sur… seríamos boicoteados... es demasiado inflamatorio…”)

Descorazonada, pero al mismo tiempo determinada, Lady se detuvo un día en la tienda Commodore Records, donde su amigo Milt Gabler se construía una reputación como fundador y productor para Commodore Records, la primera compañía norteamericana dedicada exclusivamente al jazz.

“Billie estaba muy triste”, recordaba Gabler. “Tenía este número que era tan importante para ella, y no permitían que lo grabara. Le dije que si podía conseguir permiso para unas sesión de grabación fuera de contrato, me gustaría que la hiciera para Commodore.”

Strange Fruit fue grabada el 20 de abril de 1939, con la pequeña banda conducida en el Cafe Society por el trompetista Frankie Newton. Irónicamente, mientras el tema atraía a la gente de mayor educación de la comunidad, el verdadero éxito para las rocolas de Harlem fue Fine and Mellow, un blues que fue emitido en la otra cara del disco.

Anecdóticamente, “Fine and Mellow se volvió muy exitoso y popular y se convirtió el primer verdadero éxito popular de Billie,” decía Gabler, “un disco pionero en la historia del rhythm and blues, por la forma en que realizamos el sonido de fondo.


Strange Fruit (traducción libre)

Los árboles del Sur tienen extrañas frutas,
Sangre en las hojas y sangre en la raíz
Cuerpos negros balanceándose a la brisa sureña,
Extraña fruta colgando de los álamos
Bucólica escena del *patibulario Sur
Los ojos saltados y la boca retorcida
Olor de magnolias dulce y fresco
De repente el súbito olor de carne quemada
Hay una fruta para festín de cuervos
Para que reciba la lluvia, para que coja el viento
Para que el sol madure, para que el árbol suelte
Hay una extraña y amarga cosecha

*The New Masses fue la publicación comunista que acogió por primera vez el poema Strange Fruit, en 1937.

*Parece que hay aquí un irónico juego de palabras entre gallant y gallow. En algunas versiones de la letra figura gallant South (el galante sur) y en otras como la actual, gallow South (Sur del patíbulo)

Carlos Alberto 12/01/2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Leo esto un 15 de abril del 2009 en Perú. Y este siglo aún el racismo esta vigente en paises tan multiraciales como el mio. Soy blanca (nunca supe lo que se siente ser segregada), pero mi hijo es una mezcla de cholo y negro...salio a su padre y doy gracias por ello. Aun recuerdo cuando me conto que sus compañeros (de un colegio católico) lo insultaban con la consabida palabra "negro". Aun recuerdo la indignacion cuando el hermano a cargo de la disciplina me dijo que él debía acostumbrarse...ni una llamada de atención, ni un castigo...debía acostumbrarse porque "así es la vida".
Gracias porque su pagina me permite culturizarlo y hacerle ver que la dignidad de un ser humano no esta en el color de su piel sino en la fuerza de sus convicciones. Y gracias también porque su pagina le permite saber que no todos en este mundo son tan idiotas como la gente de ese colegio (del cual, claro esta, lo saque inmediatamente).

Anónimo dijo...

uno de los mejores post que encontré sobre esta hermosa y desgarradora canción.

Gracias por la información, ojalá hayan más actualizaciones.

Saludos!